Fiestas Barrocas en la Alcalá del Río del Siglo XVIII según las Crónicas de Marcos García Merchante

Congresos y Seminarios

Isabel María González Múñoz

A mi hijo, Manuel de los Reyes González Cooper, en su segundo aniversario.

Indudablemente Alcalá del Río, como pueblo y entidad histórica que es, tiene un ciclo festivo que abarca todo el año. Reconocidísimas son sus procesiones de Semana Santa así como sus fiestas patronales en honor de san Gregorio osetano.
No obstante, cuando me llegó la convocatoria para estas XIV Jornadas de ASCIL, decidí hacer un análisis en profundidad de unas fiestas solemnes que se celebraron en la segunda mitad del siglo XVIII porque sirvieron como modelo de identidad y de cohesión en un momento vital para el pueblo. Después de los avatares históricos acaecidos en los siglos anteriores, por fín, la villa volvía a crecer y buscaba el lugar predominante que en la antiguedad había tenido.

1.- LAS FIESTAS BARROCAS COMO PUNTOS DE ENCUENTRO

Alrededor de 1750, la población alcalareña alcanzaba, aproximadamente, unos mil quinientos habitantes, que vivían en las veinticinco calles que conformaban el núcleo urbano. La base de su economía la aportaba el sector primario, es decir, la agricultura, la pesca y la ganadería 1. La propiedad de las tierras estaba, fundamentalmente en manos de unos pocos propietarios, todos pertenecientes a la nobleza 2 y a la Iglesia 3. Por tanto, la inmensa mayoría de sus pobladores eran braceros, pelentrines, sirvientes de cortijos, pastores, porqueros, guardas, carpinteros de rivera, albañiles, tenderos, molineros, herradores, zapateros, cirujanos barberos, etc. ¿Qué llevó a estas personas, con escasos recursos, a organizar fastos de primer orden los años 1757, 1761 y 1771? Para responder a esta pregunta hemos de echar una mirada al pasado de la villa. Históricamente fue considerada colación de Sevilla, según reza en su escudo. Como tal, vivió paralelamente a los avatares sociopolíticos y culturales de su capital. Tuvo siempre muy presente Alcalá su lugar en la historia de España. Y su papel protagonista indiscutible en varias culturas. Así, a vuela pluma, podemos recordar que en la etapa romana fue conocida como Ilipa Magna, llegando a acuñar sus propias monedas; en el tiempo de los árabes fue un lugar de paso obligado, tránsito indiscutible entre los reinos de Sevilla y Córdoba, conservando aún su topónimo; en todo el periodo que abarca la reconquista, desde la llegada de Fernando III hasta la entrada triunfal de los Reyes Católicos, a la ciudad de Sevilla, el papel jugado por la villa y sus contornos fue decisivo… Sin embargo, con el devenir del tiempo, desde finales del siglo XVI y durante el siglo XVII, entró en un periodo claro de decadencia. Su población mermó de forma notable a causa de diversas epidemias y quedó reducida a una localidad pequeña, empobrecida y casi analfabeta. Esta etapa de decadencia conoce su fin en la primera mitad del siglo XVIII. A lo largo de estos años, son muchos los muchachos alcalereños que se trasladan a vivir a la capital para seguir la carrera eclesiástica en las distintas órdenes establecidas. Indudablemente sólo algunos llegaron a hacer su profesión solemne. Y son estos 4, los que comienzan una lucha reivindicativa de la identidad histórico y cultural de la tierra de sus ancestros y abogan por una profunda renovación de la mentalidad alcalareña, destapando vestigios históricos perdidos en la nebulosa de la memoria colectiva. En la capital aprendieron que a través de las celebraciones en la calle se podía educar al pueblo y lo que es aún mejor, reafirmar sus señas identidad. No nos puede extrañar, entonces, que traspasen el modelo de ‘fiesta’, tan prolijo en la ciudad, hasta su pueblo puesto que este siglo aún rezuma herencia barroca por todas partes y los sucesos cotidianos y festivos se celebran de la misma manera.

Cuando enunciamos la acuñación ‘fiesta barroca’ nos estamos refiriendo a un modo de entender las relaciones sociales en el siglo XVII. De todos es conocido el gusto que tuvieron los hombres del Barroco por lo asombroso, por lo maravilloso, por el artificio. Sin duda, cuando se reunían para celebrar algo reconvertían el espacio público en una realidad mejorada, de cuento de hadas, que buscaba sorprender. A través de las fiestas que se organizaban podemos estudiar la sociedad porque suponían una transcripción simbólica de las relaciones políticas, sociales y religiosas de los organizadores y de los que las disfrutan. Ofrecían al público una realidad transformada a partir de diversas formas de expresión que se solapaban y se mostraban como un todo. Así la arquitectura efímera, los altares, tablados se entremezclan, cual caleidoscopio, con composiciones poéticas, jeroglíficos y emblemas. Las fiestas, que se narran en las crónicas que se describirán más adelante, se celebraron en Alcalá del Río, para conmemorar unos hechos religiosos: los estrenos de la Iglesia Parroquial de Ntra. Sra. de la Asunción y la Real Capilla de San Gregorio, tras la restauración de los desperfectos sufridos por los templos después del devastador terremoto lisboeta de 1755 y la bendición del retablo y de la nueva imagen del santo patrón. Como vengo diciendo, estas efemérides reúnen todos los elementos integrantes de la fiesta barroca, aunque todas se realizaron bien entrada la siguiente centuria.

Dos vertientes, que confluyen entre sí, dilucidan el horizonte de las actividades organizadas. Por un lado las de carácter religioso: eucaristías, sermones, procesiones solemnes, bendiciones de imágenes y templos. Y, por otro, las civiles: procesiones de vítores, toros, teatros, luminarias, fuegos de artificios, conciertos, …. Todas envueltas de galas lujosas que sirven para transformar la realidad terrenal en una antesala del Cielo. Así, los edificios públicos y los templos se adornaron con altares profusamente enriquecidos con tapices, joyas, imágenes reliquias, banderas, estandartes, jeroglíficos, cuadros y composiciones poéticas. Las calles y plazas se vistieron con colgaduras en los balcones y ventanas, con cuadros, estandartes, gallardetes y se cubrieron los suelos con romero y juncias. Las luminarias colocadas fuera y dentro de los templos así como alrededor de donde pasó el cortejo procesional contribuyeron a crear la ilusión de convertir la noche en día. Los fuegos de artificio remataron, cual broche, cada una de las fiestas contadas. No faltaron, en los entresijos de las mismas las invitaciones a asistir a las fiestas de toros y a la ejecución de las comedias. Aunque he de señalar que los templos constituyeron el centro neurálgico de las festividades. En ellos, se llevaron a cabo las ceremonias propiamente litúrgicas, reuniendo al pueblo con las autoridades locales y provinciales. Para estos cultos se contrataron a oradores sagrados que tenían fama de ser los mejores de aquellos momentos, concelebrando la eucaristía con sacerdotes venidos de otras parroquias. Una vez acabados estos actos, se salieron del ámbito estrictamente religioso para invadir las calles con procesiones de las sagradas imágenes, que antes habían sido expuestas en el templo situadas sobre tronos o altares decorados con flores, objetos de plata, relicarios, luces y velas 5… Sirvan estos versos de ejemplo.

A la entrada en su templo dispusieron
que los hijos del pueblo consagrados
[h. 25v.] sacerdotes, trajesen en sus hombros
las andas, como antes, y acertado
fue el consejo, y de todos admitido,
porque siendo Gregorio, como es claro
en la historia, presbítero, era justo
que le obsequien 6 así los de su grado.
Las calles y las plazas de Alcalá
lucieron este día con garbo,
con la misma limpieza y el aseo
que el día antecedente, en que ostentaron
los vecinos devotos de este pueblo
su devoción, su celo y su cuidado.
Alfombradas las calles con las juncias
y las puertas con sedas y con ramos,
en algunas fachadas de las casas
hubo algunas ideas que adornaron.
No faltaron tarjetas, cornucopias
y otros adornos con sus rumbos varios.
Acabada que fue la procesión,
se ostentó aquel Señor Sacramentado
que quiso que a las fiestas de Gregorio
le dieran lustre sus divinos rayos.
[h. 26 r.] Resonaron los dulces instrumentos,
música, clarín, caja y fuegos varios.
Empezóse la misa muy solemne
con la misma grandeza y aparato.
Tres Gregorio, presbíteros del pueblo,
hicieron este oficio sacrosanto,
y en honor del patrono san Gregorio,
en su día, la misa le cantaron.
Terminada la Epístola solemne
unas letras los músicos cantaron
compuestas al asunto, como todas
cuantas en estos días resonaron,
y se pondrán después. El Evangelio
finalizó y salió para el teatro
del Evangelio mismo; el trovador,
también hijo del pueblo, a quien le ha dado
de Domingo 7 la estrella refulgente luces y albores, con sus bellos rayos. 8

2. LAS “CRÓNICAS FESTIVAS” COMO TESTIMONIOS DE PERPETUIDAD

Estas fiestas no sólo engendraron espectáculos efímeros y circunstanciales de consumo inmediato, sino que dieron paso a la creación de todo un género literario: las relaciones de sucesos o crónicas festivas. Suponen el perpetuar la conciencia de lo ejecutado para que siempre viva en la memoria. No quiero entrar ahora en el debate de su estilismo ni de sus composiones, estudiosos y muy buenos los hay, sino en el germen que supone del periodismo moderno. Hoy, si queremos contar lo acaecido en años posteriores hemos de acudir a los periódicos. Sin ellos no podrímos palpar el sentir de la calle. Sin estas relaciones, redactadas con un lenguaje ampuloso y cargado de tópicos, no podríamos revivir lo acaecido en nuestras ciudades y pueblos en siglos anteriores. Si se imprimían, como es el caso de la de 1957, la pervivencia estaba casi asegurada. Si se conservaban de forma manuscrita, era menor la difusión, aunque servían para que los miembros de una misma clase, en este caso, las personas instrídas de Alcalá del Río, estuvieran informadas de los grandes acontecimientos acaecidos en la localidad. Las tres crónicas festivas que pasaremos a describir, fueron redactadas por Marcos García Merchante, uno de aquellos jóvenes alcalareños que salieron de su pueblo en edad temprana para seguir la carrera eclesiástica y que tuvieron la grandeza de no abandonar nunca sus raíces ni el orgullo de ser hijos de una tierra con tanta historia.

Pasemos, pues a la descripción bibliográfica y temática de cada una de esas crónicas festivas.

TÍTULO

Descripción poética, verídica, puntual, narrativa, de las célebres funciones que ha celebrado la antiquíssima villa de Alcalá del Río, del Arzobispado de Sevilla, dos leguas distantes de dicha ciudad, en el estreno se du Parroquial Iglesia (renovada después del terremoto) en los días 13, 14 y 15 de agosto, 1757.

FECHA: 1757
LOCALIZACIÓN:
Alcalá del Río – Archivo Parroquial de la Asunción.
Sevilla – Biblioteca Facultades de Filología y Geografía e Historia (Fondo común),
Legado Hazañas, RA 242/MGM
Existen otros ejemplares en varios domicilios de la citada localidad de Alcalá del Río (Sevilla).
CARÁCTER: Impreso Viuda Diego López de Haro, Sevilla.
DESCRIPCIÓN:[8hs.+ 34 pp.]

Durante algún tiempo se pensó que el autor de esta obra era José García Merchante porque al final de la dedicatoria aparecen las iniciales L.D.J.G.M., una idea hoy totalmente descartada al descubrirse en su partida de defunción que fue enterrado en la Iglesia de San Vicente de Sevilla el 31 de octubre de 1752, es decir, seis años antes de la publicación de la misma.

En la portada, enmarcada en una orla sencilla, se revela el título de la obra, el cual, al ser tan extenso y ostentoso, viene a resumir del contenido de la misma. Junto a él, el dato más curioso es que no se explicita el nombre del autor sino que se señala que fue redactado por un sacerdote natural de dicha villa. Decían los amigos del autor que éste era tan tímido y humilde, que prefirió que su nombre no apareciera en la portada para así dar más gloria a Dios, aunque sí permitió que se le colocara al final del prólogo. Termina la portada informando sobre quien mandó a imprimir la obra Dada a luz por otro sacerdote hermano del autoraunque sin dar nombre. Por lo tanto, nos parece obvio que Juan García Merchante 9 fue quien las mandó a publicar y el autor de las mismas no es más que su hermano Marcos.

Después de esta portada se incluye, en el vuelto de la página, una relación, sin orden y muy extensa, de los diferentes autores que han estudiado la historia del mencionado pueblo. Hace una cita rigurosa de los mismos, obras y lugar exacto donde se nombra lo que él ha referido en su texto en verso. Aparece a continuación, una dedicatoria al patrón san Gregorio, que con su protectorado ha salvado a su pueblo de sufrir más consecuencias debidas al terremoto. Seguidamente, y como regla rigurosa de los libros de la época, se colocan las diversas licencias que las autoridades han otorgado para la publicación de la obra. Se incluyen, antes de comenzar en sí la descripción de las fiestas, poemas laudatorios de diferentes autores. Se abre, por fin, la obra con una introducción en la cual el propio autor explica las causas por las que emprendió la descripción de las fiestas, justifica los versos usados y hace referencia a las citas eruditas que ha introducido. Tipográficamente, al comienzo de esta introducción, se hace uso de letras capitales con adornos florales. El contenido de la obra, dispuesto en treinta y cuatro páginas, se presenta con la siguiente estructura: descripción en romance endecasílabo de los desperfectos ocasionados en la iglesia de la Asunción a causa del terremoto de Lisboa de 1755, reconstrucción del templo parroquial, diferentes fiestas que tuvieron lugar antes de su estreno así como las funciones celebradas el mismo día del estreno (cohetes, toros, representaciones teatrales, procesión del Corpus del 14 de agosto, etc.). Se recopilan, a continuación seis jeroglíficos con sus explicaciones en cuartetas. Éstos se colocaron sobre los paños de corte que adornaron los pórticos del citado templo. Aparece después un conjunto de octavas, villancicos, aleluyas y vítores que se cantaron y se expusieron con motivo de dichas celebraciones. Le sigue la letra de la loa de la representación del 15 de agosto y concluye con unas palabras acogiéndose al topos de la humildad en las vuelve a dedicar la obra a su patrón incluyendo, una vez más, citas latinas.

BIBLIOGRAFÍA:
AGUILAR PIÑAL, Francisco, Bibliografía de autores españoles del siglo XVIII,
Madrid, CSIC, Instituto “Miguel de Cervantes”, 1981, Tomo I, pp. 137-139.

TÍTULO

Descripción de las Solemnes Funciones, que ha celebrado la Antiquíssima villa de Alcalá del Río, en el Estreno del Sto. Templo del Sr. San Gregorio Ossethano, con la concurrencia de la solemnidad y Fiesta del Patronato de María Ssma. en su Purísima Concepción como Patrona de España, Septiembre, 1761.

FECHA: 1761
LOCALIZACIÓN: Alcalá del Río-Archivo Parroquial Ntra. Sra. De la Asunción.
CARÁCTER: Manuscrita
DESCRIPCIÓN: [38 hs. + 80 fs. + 29 hs., 20 cms.]

La obra, encuadernada, se halla en buen estado de conservación aunque su cubierta, de pergamino grueso, aparece rota. Su lectura, a simple vista, resulta un poco complicada porque la caligrafía del autor es más ininteligible que en otras de sus obras. Es más que probable que el motivo de estos rasgos caligráficos poco cuidados se deba a que el escritor lo consideró un borrador, como así consta en la hoja 2v.: “Este borrador se recogió en este pergamino porque quedara alguna mención de estas funciones. Las muchas ocupaciones del que lo trabajó dieron lugar a que venga en tosco lo que escribió deprisa para que sirviera de pronto. Infinitas cacografías se advertirán. El discreto tome la sustancia, disimule y atienda al buen deseo que es lo que vale”.

Evidentemente algo de prisa sí que llevaba García Merchante puesto que en el título que se recoge en la anteportada señala que las fiestas se celebraron el 9 de julio y no en el de septiembre, como se verifica en la lectura del contenido del escrito. Uno de los rasgos que más poderosamente llama la atención del texto son unos dibujos, realizados a pluma de un solo trazo, que emplea para completar los espacios en blanco tanto de las hojas como de los folios. Así mismo destacan los siete jeroglíficos, pintados a mano, con que remata el manuscrito, siendo éstos las únicas ilustraciones de la obra.

La relación, expresada de forma esquemática, y siguiendo el hilo conductor de los epígrafes que el autor utiliza, desarrolla el siguiente contenido:

Narración poética de las fiestas (hs. 9-28).
Vítores (hs. 29-38).
Índice del contenido del resto del manuscrito (h. 39).
Poesías de circunstancias, adornos, loas y entremés (fs. 1-80).
Sermón predicado el 9 de septiembre (hs. 1-20).
Descripción fuegos de artificio (h. 20 v.).
Justificación del uso de los jeroglíficos y pintura de los mismos (hs.21-29).

Se describirán, a continuación, de forma resumida, cada uno de esos epígrafes.

En la portada aparece el título. De su lectura se deduce que las fiestas celebradas fueron dos, pues no sólo se estrenó y consagró el templo de san Gregorio después de la hecatombe producida por el terremoto lisboeta de 1755, sino que aprovechó la ocasión para celebrar el patronato de la Inmaculada Concepción en los territorios españoles decretado, ese mismo año, por Carlos III. Cuenta también la portada con la siguiente frase a modo de firma: “por un sacerdote de dicha villa y afectísimo devoto del Sr. San Gregorio”. Es una costumbre merchantina esconder su autoría al comienzo de sus obras; pretendiendo resaltar, con ello, junto a su marcado espíritu científico, su condición de sacerdote, alcalareño y devoto. Éstas, y no otras, son sus verdaderas señas de identidad.

Encabezando la obra, como es habitual, se encuentra la dedicatoria a san Gregorio, escrita en prosa, y a Alcalá del Río, recogida en un soneto. Temas, ambos, recurrentes en casi la totalidad de su corpus literario.

Hace, después, una descripción del orden y disposición de las funciones que se celebraron, terminándola con la explicación de los motivos que le movieron a recoger por escrito estas fiestas. Echando mano del consabido tópico de la captatio benevolentiae, se declara no apto para ser el recopilador de lo acontecido pero, basándose en autores latinos y textos bíblicos, aceptó el encargo sólo para dar gloria a Dios por permitir la reconstrucción del templo y para que constase, a lo largo del devenir de los siglos, el fervor y tesón del pueblo alcalareño.

Adoptando el romance endecasílabo, estrofa que se presta al tono narrativo-descriptivo que el autor pretende, comienza la relación de las fiestas. En primer lugar nos pone en antecedente de los destrozos que ocasionó el tan recordado seísmo del 1 de noviembre de 1755 y nos informa del desalojo de las sagradas imágenes de la ermita para hacer posible su reconstrucción Después, de forma extensa y dando todo lujo de detalles, enumera las funciones que se realizaron tanto religiosas como profanas. Las fiestas se celebraron los días 7, 8 y 9 de septiembre de 1761 y estuvieron estructuradas de la siguiente forma: El 7 se dedicó a la Inmaculada. Comenzó el día con el rezo y canto de vísperas, toros por la tarde y fuegos artificiales por la noche. El 8, día grande de estas efemérides, tan es así que hubieron de suspenderse algunos actos previstos porque materialmente no dio lugar a realizarlos, por la mañana procesionó la Purísima y se concelebró una eucaristía; por la tarde se consagró el Templo de San Gregorio y retornaron a él, en procesión solemne, las imágenes desalojadas anteriormente; por la noche se quemó un castillo de fuegos en honor del patrón y se representaron una loa dedicada a la Inmaculada y la comedia Los bandos de Verona deLuis Vélez de Guevara . El día 9 tomó protagonismo san Gregorio, en cuyo honor se celebró una eucaristía, sacando en procesión la imagen del mismo; por la tarde vísperas y exposición de las reliquias del santo y por la noche se representaron una loa laudatoria del mismo, el entremés el Miserable y el Estíptico y la comedia San Gil de Portugal de Juan de Matos Fragoso.

A continuación aparecen en el manuscrito 80 folios numerados por el autor en donde se reúnen las poesías de circunstancias, que todas fueron expuestas como adornos en el templo y calles alcalareñas, los textos teatrales que se representaron, a excepción de las comedias que no fueron escritas por García Merchante, y los villancicos que se cantaron en las diversas celebraciones litúrgicas. El autor enumera, de forma caótica, esta larga nómina de escritos y da la sensación de que cuando recordaba alguno que se la había pasado, lo intercalaba en el texto. Como rasgo característico de esta ingente producción literaria cabría destacar la erudición. Como ejemplo de la misma se pueden señalar las ocho octavas y ocho romances en donde versifica la historia de su pueblo natal, los orígenes a la devoción del patrón y la festividad de la Inmaculada Concepción con una maestría inusitada. Para escribir estas composiciones poéticas rastrea, primero, en los textos de historiadores de renombre, tanto contemporáneos como antecesores, y pasa a Román paladino todos los conocimientos adquiridos. Dice el propio autor que los alcalareños, leyendo esos poemas murales, pudieron conocer sus orígenes pero la pregunta que salta a la mente es, ¿cuántos de sus paisanos pudieron realmente leer aquellos tarjetones?. Se opina, sinceramente, que al escribirlos estaba pensando no en sus coetáneos sino en las futuras generaciones. Mención aparte se merecen las formas difíciles del ingenio literario insertas en esta obra. El autor, inmerso en la sociedad de su época y acostumbrado a disfrutar de los artificios poéticos que se solían poner como exorno en las grandes efemérides de las ciudades, particularmente en Sevilla, los integró en las fiestas de su ciudad natal para darle así un mayor esplendor. Una ingeniosa combinación de pensamientos, palabras, letras, dibujos y signos es la que exhibe García Merchante en esta obra. Resaltan unas quintillas muy curiosas en los que con suma habilidad juega intercalando en el verso los nombres de las diferentes categorías gramaticales, componiendo de esta forma, poemas de alabanza a San Gregorio. Son también destacables los emblemas, poemas musicales, enigmas, etc.

Por último se recoge en el texto el sermón predicado el 9 de septiembre en la capilla del santo con motivo de la traslación de las imágenes.

Concluye la obra con unas consideraciones, que certifican, una vez más, la erudición del autor pues justifica la presencia de los jeroglíficos finales 10 citando a Alciato. Comenta que pintó estos jeroglíficos morales para enseñar deleitando, y le pareció honroso hacerlo para que todos conocieran la historia del santo puesto que así “muchos leyeran, como leyeron, la historia y noticias del santo que no leerían si no fuera por este gustoso y discursivo modo”

BIBLIOGRAFÍA: No citada por Aguilar Piñal

TÍTULO
Solemnes cultos a Sr. San Gregorio osetano en Alcalá del Río, su patria, en los días 13,14 y 15 de Septiembre. Año de MDCCLXXI.

FECHA. 1771
LOCALIZACIÓN. Alcalá del Río (Sevilla), APIA.
CARÁCTER. Manuscrita
DESCRIPCIÓN. [72 fs, 20cms.]

Esta será la última obra que se conoce de las escritas por García Merchante 11. Tiene un carácter misceláneo incluyendo en ella datos de variopinto contenido. En la portada aparece el título anteriormente citado el cual, frente a otros del autor, es muy conciso y muy claro. Al abrir el manuscrito se encuentra una carta dirigida a los Señores Alcaldes y al Regimiento de la ciudad para que acepten dicha obra, encargada por ellos, en la Secretaría del Ayuntamiento131. Le sigue un folio con un título rimbombante: Hipotiposis, apothelesma, o puntual narrativa de las solemnes funciones que se han celebrado en al antiquísima villa de Alcalá del Río en culto y honor del Señor San Gregorio osetano, natural y patrono de dicha villa, en los días 13, 14 y 15 de septiembre de 1771. Aparece después un soneto acróstico dedicado a san Gregorio y dos octavas, una dedicada a Alcalá y otra a Fernando III, acompañada con un dibujo a plumilla del escudo de Sevilla que por privilegio de este rey es el mismo que el de Alcalá. Prosiguen los jeroglíficos que se pusieron en el telón del teatro de la comedia.

Como es costumbre en el autor, la narración de la fiesta la hace en romance endecasílabo detallando minuciosamente a lo largo de quince folios cada una de las actividades realizadas. Lo que más poderosamente lama la atención es la descripción, a modo de catálogo, de las riquezas artísticas (imágenes, ornamentos, cuadros,…) que posee la Real Capilla de San Gregorio.
A continuación presenta un vasto corpus de formas difíciles de ingenio literario que se colocaron como adornos en las calles, plazas y templos de la localidad con motivo de las efemérides celebradas.

Le sigue la Loa a San Gregorio que va introducida por un par de folios en los que se aluden a las citas que harán los personajes en sus parlamentos, dando cumplida cuenta de los historiadores a las que pertenecen. Evidentemente, como ya se ha reiterado anteriormente, una nota tan erudita era infrecuente en este tipo de relaciones.

La numeración de los folios pega un salto y aparece el folio 52. Es decir, faltan desde los folios 35 al 51. Se supone, porque así lo anuncia en el f. 34 v. “salieron a ejecutar la siguiente comedia” y porque es habitual en otras obras del autor, que en estos folios se recogiesen la comedia o el entremés de la misma. Prosiguen los vítores dedicados a los alcaldes, diputados y predicadores.

En los dieciséis folios siguientes presenta un ejemplo más de su afán investigador y desarrolla una magnífica labor de arqueólogo y epigrafista. En ellos reproduce un auténtico cuaderno de campo recogiendo, mediante dibujos, las inscripciones, monedas y restos de época romana hallados en Alcalá del Río; incluyendo la traducción de los textos latinos que aparecen en los mismos. Hasta el final del manuscrito desarrolla un capítulo titulado “Breves noticias de Sr. San Gregorio osetano“, haciendo un repaso por todos los historiadores que se han ocupado del santo en diversas épocas y presentando los milagros atestiguados de dicho santo.

Parece que la obra queda inconclusa porque el autor escribe un tercer subapartado que no completa. Anuncia que se recogerá el sermón que se predicó en estas funciones pero queda un folio en blanco y ya no escribe más.

La verdad es que poco se conocería a García Merchante si no se supusiera que hay un motivo detrás de cada una de sus obras para ser escritas. ¿Por qué recoge esta obra si todos los años se celebran las fiestas patronales y no se describen? En el manuscrito se dice: “El retablo nuevo y dorado y estofado en el altar de san Gregorio, el cual se estrenó el presente año de 1771 y lo hizo a costa del Dr. Don Juan García Merchante y Zúñiga, comisario del Santo Oficio, cura y beneficiado que fue de esta villa». Pero no contenta con esto, se hurgó en el Archivo Municipal y en Acta Capitular de ese presente año, legajo 18 12, se recoge la petición de Marcos para que se instase una losa en la Capilla de San Gregorio que recogiese la donación y el privilegio concedido a esta familia por la autoridad eclesiástica de ser enterrados en la misma. El Cabildo lo aprueba en Acta Capitular del 30 de agosto 13. Y así, dentro de la capilla mayor, en el muro del evangelio de la mencionada capilla, se levanta un retablo labrado en madera policromada y dorada, en el que puede leerse en un arco mixtilíneo la siguiente inscripción: «Retablo dorado dieron por su devoción a Sr. San Gregorio osetano los doctores D. Juan, D. José y D. Marcos García Merchante, hermanos, nat[urales de esta villa], 1º Comisario del Sto Oficio, 2º Alcalde Mayor, 3º Cura de San Vicente de Sevilla, examinador sinodal de San Juan de Acre, a quienes el Sr. Prior concedió sepultura en este templo real. Fecho año de 1770”.

En las actas capitulares no se recogen los gastos, aunque se dice en la crónica que se salió a pedir al pueblo limosnas para organizar dichas fiestas, siendo éste muy generoso. Por tanto, se puede concluir que esta fiesta se organizó y se recogió por escrito para perpetuar la memoria de la donación y estreno del nuevo retablo de san Gregorio.

FUENTES Y REFERENCIAS BIBLIOGRAFÍCAS. No constan.

Si se estudian los rasgos que las definen podemos observar varias características:

Destacan en ellas una notable extensión y complejidad compositiva: incluyen una gran diversidad de composiciones debido a que recogen el aparato textual, múltiple y variado, con que se adornan las calles, los templos, los fuegos añadiendo incluso los emblemas y jeroglíficos. Hacen una descripción minuciosa de todo lo ocurrido. Repiten el mismo modelo, un esquema fijado en el que se presentan siempre las mismas fórmulas y formas 14. Mayoritariamente solían escribirse en prosa pero en sus crónicas, García Merchante, utilizó como vehículo el verso.

Solían ser encargadas y pagadas por las instituciones promotoras del festejo, era también frecuente que fueran sufragadas por particulares que deseaban destacar. Tal es el caso que nos ocupa, fue costeada la publicación de dos de ellas por Juan García Merchante, hermano y mecenas del autor. Evidentemente el coste de las publicaciones de éstas variaba mucho en función de la naturaleza de la tipografía, de la presencia o ausencia de ilustraciones grabadas, clase de papel, encuadernación, etc. Esto se observa claramente en las dos obras impresas a las que se hacía antes alusión, su impresión es tosca, de un papel corriente y apenas cuentan con ilustraciones para abaratar el precio último, aunque se ha de señalar que incluyen los emblemas y jeroglíficos festivos creados para tales eventos.

El autor, en este caso, responde a los cánones establecidos. Es una persona que estaba vinculada de forma directa con la organización y el montaje de las fiestas, no se debe olvidar que era uno de los promotores, párroco y capellán de las iglesias donde se celebraron las fiestas y autor material de las decoraciones, obras teatrales y sermones. Su estilo es siempre muy cuidado y llena de citas eruditas. Por supuesto, esto implica que se dirigían a un lector culto y también a futuros lectores de épocas venideras.

La función de estos textos es la informativa. Dan testimonio de la forma y el procedimiento con que se habían celebrado las fiestas tanto en Sevilla como en Alcalá del Río en el siglo XVIII. Nos muestran sus entresijos y sus motivos.

En resumen, se puede decir que estas obras de Marcos García Merchante reúnen las características de las crónicas de fiestas en forma de libro propuestas por la profesora López Poza. Esto es: son muy extensas puesto que el autor se hace eco de todas y cada una de las celebraciones, siendo muy minucioso en sus descripciones; presentan una gran complejidad compositiva utilizando diversos estilos literarios y registros lingüísticos según la índole de los escritos presentados; apostilla el autor que todas ellas fueron escritas por encargo; la edición de todas ellas fue sufragada por un mecenas, su hermano Juan; y tenían como principal objetivo informar, con apoyatura científica, no sólo de las efemérides vividas sino de las raíces históricas que las motivaron. Era, en definitiva, el cronista ideal ya que supo conjugar muy bien las ventajas de ser testigo, promotor, presbítero y hombre de ciencia.

3. CONCLUSIONES

Para concluir este estudio, creo pertinente analizar la aportación de estos textos desde dos vertientes, por un lado la literaria y por otro la antropológica.

Desde un punto de vista literario, los rasgos distintivos en las crónicas merchantinas, estimo que son:

La primera característica digna de mención es la erudición. El autor cita continuamente a autores reconocidos en las diversas materias que estudia presentando un variopinto abanico de conocimientos.

Como documentos históricos, tienen una gran importancia, ya que aunque incurren en alguna exageración, se pueden atestiguar la veracidad de sus afirmaciones cotejándolas con los autores que cita. Precisa todos los datos vertidos en ellas y conforman unas fuentes ineludibles para los estudiosos que hoy quieran hacer una historia científica de Alcalá del Río. No obstante hemos de entenderlos dentro de la manera de entender los estudios históricos en los hombres de su época, como ya ha quedado atestiguado anteriormente.

Son unas crónicas festivas demasiado vastas, indudablemente más extensas que todas las leídas para hacer el estudio comparativo. El autor no quiere dejar ningún dato atrás y pormenoriza de forma exhaustiva todo lo acontecido, todo lo vivido y programado y no se ciñe sólo a un aspecto de las celebraciones, resultando su lectura, a veces, muy monótona, lenta y farragosa.

Desde un punto de vista antropológico, la Alcalá del Río que nos quiere mostrar Marcos García Merchante 15, en sus crónicas festivas, es una villa que posee unos mil quinientos habitantes, eminentemente agrícola, con un buen enclave geográfico que facilita sus relaciones comerciales con otras provincias tanto andaluzas como extremeñas, anclada en su tiempo, es decir, viviendo el paso de una sociedad del Antiguo Régimen a la modernidad, con fuerte influencia sevillana, que respeta sus tradiciones más ancestrales y está orgullosa de la herencia cultural que le ha sido dada por sus antepasados. Se enorgullece de haber sido cincelada por todas las grandes civilizaciones que han llegado a la parte occidental de Andalucía a lo largo de los siglos. Ponen en valor el sentido de la atemporalidad. De la lectura de estos textos sacamos enseñanzas históricas ancestrales del pueblo que se hubieran perdido si no hubieran sido recogidas en estas crónicas. Poseen un valor colectivo polisémico, que une a generaciones en un vínculo virtual, donde pasado y presente entremezclan. Logrando una reafirmación social de lo que se es para compartirlo con lo que se fue y será. La localidad se socializa a través de un punto de encuentro entre generaciones. Desde la lectura, los textos nos llevarán a una globalización del individuo que trasmite unos valores intrínsecos a los alcalareños de todos los tiempos.

 

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  1. La agricultura supuso siempre la piedra angular de la economía alcalareña ya que al encontrarse ubicada en la vega del Guadalquivir posee unas tierras muy ricas. Los frutos más comunes eran el trigo, la cebada, escaña, saína, habas, garbanzos, melones, sandías y naranjas. En cuanto a la ganadería se demarcó por la crianza de vacas, ovejas y cerdos. El siguiente aporte económico venía dado por la pesca. Aunque no se sabe el número de individuos que se dedicó a esta actividad si se tienen noticias por fuentes notariales que los pescadores formaron una grupo de gran cohesión y fuerza. Ello le llevó a constituir un gremio que tenía su sede en la calle que recibió el nombre del oficio, llegando incluso, a pedir la excepción fiscal, un privilegio que sólo alcanzaba la nobleza. Uno de los pleitos que tuvo ocupado al Cabildo municipal el año de 1737, fue el generado por este asunto: “ …sobre que estos pretenden ser exentos y no pagar pechos y contribuciones y demás cargas que han pagado siempre, y pagan, los demás vecinos de esta villa. Se presentó ante el señor superintendente general de Sevilla. (Liba. 1730-1737, año 1737, Fol. 648-649)
  2. Los nobles que poseían las tierras alcalareñas eran: los Duques de Alburquerque y de Vergara; los marqueses de La Algaba, de Villamanrique y del Prado y los condes de Montijo, de Fuente Saúco y de Torrejón.
  3. 3. La jerarquía eclesiástica que tenía tierras en la villa era: el Cabildo catedralicio sevillano; los Dominicos de San Pablo; la Iglesia de Santa Catalina; la Casa Hospital de la Santa Caridad de Sevilla; la Iglesia de La Algaba; la Iglesia Alcalá del Río; el Convento Sta. María de las Cuevas, y los conventos de Sta. Clara y Capuchinas de Moguer.
  4. 4. Hemos localizado a siete, aunque los tres más implicados en las vicisitudes de su peblo fueron Juan, José y Marcos García Merchante.
  5. Las actividades organizadas en estas fiestas han sido estudiadas por mi en un artículo al cual remito: “Alcalá del Río como ‘espacio teatral barroco’, (según las crónicas festivas de Marcos García Merchante)”, Dramaturgos y espacios teatrales andaluces de los siglos XVI-XVII. Actas de las XXVI Jornadas de Teatro del Siglo de Oro, Almería, Instituto de Estudios Almerienses, 2011, ISBN: 978-84-8108517-4, pp. 371-384.
  6. Debería de decir obsequiasen.
  7. Con estos versos el autor quiere decirnos que el predicador tenía el don de la palabra como Sto. Domingo de Guzmán, fundador de la Orden de Predicadores o dominicos que tienen fama de excelentes oradores.
  8. García Merchante, Marcos, Descripción de las Solemnes Funciones, que ha celebrado la Antiquíssima villa de Alcalá del Río, en el Estreno del Sto. Templo del Sr. San Gregorio Ossethano, con la concurrencia de la solemnidad y Fiesta del Patronato de María Ssma. en su Purísima Concepción como Patrona de España, Septiembre, 1761, vv 660-701.
  9. Esta aclaración se refuerza cuando al final de la dedicatoria, previa al desarrollo del texto, pueden leerse las siglas L.D.J.G.M
  10. Respetamos la terminología del autor porque existieron muchos problemas en su época con la diferenciación y significación de distintos conceptos parecidos como empresa, emblema, símbolo o jeroglífico, términos que intentaron aclarar muchos emblemistas como Juan de Horozco y Covarrubias, Juan de Borja, Juan Francisco de Villava, Sebastián de Covarruvias o Juan de Soórzano Pereira, etc, y que aún hoy plantean algunos problemas.
  11. Jamás pensé, cuando me bajé del autobús, a las nueve de la mañana de un doce de septiembre de 1991, que Alcalá del Río iba a marcar mi vida y dividirla en un antes y un después. Una plaza como profesora titular de Lengua Castellana y Literatura, en el instituto Ilipa Magna, me llevó a esa tierra, tan lejana de la mía (me nacieron en Lepe- Huelva). En mayo de 1992, comencé mi andadura investigadora, que me ha llevado hasta este año de 2017. Mi primer trabajo fue poner al día los datos de la biografía de Marcos García Merchante, a partir de lo expuesto por Mario Méndez Bejarano en su Diccionario de Escritores, maestros y oradores naturales de Sevilla y su actual provincia. Justo en ese momento, sin yo intuirlo, me cambió la vida. Nunca imaginé que aquel trabajito de investigación me llevaría a estar un cuarto de siglo indagando sobre su figura. El 10 de junio de 2003, presenté mi tesina que se intitulaba: Aproximación a la obra de un ilustrado: Marcos García Merchante y sus crónicas festivas. El 24 de marzo de 2009, leí mi tesis doctoral titulada La obra dramática de Marcos García Merchante. He querido cerrar el periodo de investigación con esta última ponencia que pronuncié el 28 de octubre de 2017, en la Puebla de Cazalla, en el seno de la XIV Jornadas de Historia y Patrimonio organizadas por la Asociación de Cronistas Sevillanos, cuyo texto tienen hoy entre sus manos. Dando, así, cierre a veinticinco años ininterrumpidos de expandir y divulgar la obra de un alcalareño universal. A partir de ahora todos mis esfuerzos irán encaminados a la publicación de cinco manuscritos que esperan pacientemente sus últimos retoques. Quiero agradecer, de forma explícita, a una serie de investigadores alcalereños su inestimable ayuda en estos años. Ellos son: José Antonio Arteaga (q.e.d.); Emilio Velázquez Mijara (q.e.d.); Gregorio García-Baquero López; Ignacio Montaño Jiménez; Julio Velasco Muñoz y Mariano Velázquez Romero.
  12. Acta capitular, 18 de agosto, Legajo 18, 1771, f. 22 r., Archivo Municipal de Alcalá del Río (Sevilla).
  13. Acta capitular, 30 de agosto, Legajo 18, 1771, f. 23r., Archivo Municipal de Alcalá del Río (Sevilla).
  14. En las obras estudiadas es el siguiente: Título + Licencias (sólo en caso de las impresas) + Dedicatoria + Prólogo + Crónica en sí + Poemas de circunstancias de adornos + Textos teatrales (loas y entremeses) + Jeroglíficos + Sermones.
  15. Para a aproximación a la obra y biografía de este autor remito a una serie de artículos escritos por mí: GONZÁLEZ MUÑOZ, Isabel María “Tras las huellas de Lope en el dramaturgo Marcos García Merchante”, Cuatrocientos años del Arte Nuevo de hacer comedias de Lope de Vega. Actas selectas del XIV Congreso de la Asociación Internacional de Teatro Español y Novohispano de los Siglos de Oro, Olmedo, 20-23 de julio de 2009, Valladolid, Universidad, Secretariado de Publicaciones e Intercambio Editorial, 2010, ISBN 978-84-8448-556-8, pp. 589-596.
    “Aproximación al concepto de loa teológica en la obra de Marcos García Merchante”, Actas del Congreso “La Biblia y el teatro”, Fundación San Millán de la Cogolla y Editorial Academia del Hispanismo, Vigo, 2012, SBN 978-84-15175-40-7, pp. 757-768.
    “Las damas desdigan de su nombre (‘la naturaleza femenina neobarroca’ en los textos teatrales de Marcos García Merchante)”, Actas del Congreso “Hacia 1812, desde el Siglo Ilustrado, V Congreso Internacional de la Sociedad Española de Estudios del Siglo XVIII, Asturias, Ediciones Trea S.L., ISBN 978-84-9704-714-2, pp. 135-149.
    “El haz y el envés: dos perspectivas de una misma fiesta”, VII Coloquio Internacional de la SIERS Las relaciones de sucesos en los cambios políticos y sociales de la Europa moderna, Universitat de Girona, 6 de septiembre, de 2013.
    “Los hermanos García Merchante, una familia al servicio de la Iglesia de Sevilla”, Anuario de Historia de la Iglesia Andaluza, Volumen III. Año 2010, Sevilla, Centro de Estudios Teológicos de Sevilla, Cátedra “Beato Marcelo Spínola” pp. 139-166, ISSN 1888-7368.
    “D. José Cristóbal García Merchante, abad mayor de la Universidad de Beneficiados de Sevilla”, Revista Anuario de Estudios Locales ASCIL, Sevilla, Año V, nº 4, año 2010, pp. 85-91, ISSN 1888-0819.
    “Las antigüedades de Alcalá del Rio en la obra de Marcos García Merchante: la crónica de fiestas a S. Gregorio osetano de 1771”, Revista SPAL, nº 19, Sevilla, Dpto. de Arqueología, Universidad de Sevilla, 2010, pp.35-99, ISSN 1133-4525.
    “Fuegos de artificio en la Alcalá del Río del siglo XVIII”, Revista Anuario de Estudios Locales ASCIL, Sevilla, Año VI, nº 5, año 2011, pp.20-29, ISSN 1888-0819.
    “Vinculación histórica de Alcalá del Río con el Dogma Inmaculista”, Revista Anuario de Estudios Locales ASCIL, Sevilla, Año VI, nº 6, año 2012, pp. 53 a 59, ISSN 1888-0819.
    “Verania la constanciense: mujer, monja y fundadora”, Actas de las XIII Jornadas de Historia y Patrimonio de Sevilla, ASCIL, 2016, en imprenta.
    “Biografía poética de San Gregorio osetano a partir de los escritos de Marcos García Merchante”, Revistas patronales en honor de San Gregorio de Osset, Alcalá del Río (Sevilla), Excmo. Ayuntamiento, septiembre, 2005, 81-87.